lunes, 5 de mayo de 2014

De lo que vi en un autobús urbano


Coincidiendo con el reciente y pasado Día del Libro, cierto que aconteció lo que sigue, tal como lo cuento, más o menos por supuesto.
Y confieso que no debiera haberme sorprendido como en esta ocasión que sin freno turbó mi mente, y me ocurrió, pero a menudo no es fácil controlar la incontrolable capacidad sorpresiva.

Hace unos días tenía que desplazarme. Así pues, me encaminé hacia la parada del autobús y me senté a esperarlo. Otras personas, y otros extraños, esperaban bajo la marquesina, aguardando al vehículo urbano. Llegó a los pocos minutos y todos fuimos desfilando. Abonando el trayecto mediante la tarjeta oportuna o las monedas en la mano.

Y ya dentro del monstruo, fuimos todos empujados por quienes detrás nuestro, presurosos corrían a los asientos. ¡Qué absurdas prisas, siempre pienso! Todos ocupamos nuestros puestos. Sentados y dispuestos, algunos bien de pie o acomodados en las esquinas, el autobús inicia su marcha, desde la parada hasta que de nuevo el timbre grazne su chillido.

Aunque el habitáculo iba más o menos lleno, yo consigo un asiento. Algunas pocas caras miraban hacia afuera, atravesando las ventanas, observaban cómo atrás las calles se quedaban. Otras más miraban a sus pies, algunas a sus manos, y otras más hasta el techo. ¡Esas ventanas transparentes, y esas paredes blancas, tiempo que dejaron de ser nuevas!

Otros muchos en el móvil y en la tablet gastaban sus megas, con el whatsapp o el teletienda.
Y así discurre el viaje, distraído yo como los demás ausentes, cuando en un momento me fijo en quien a mi lado se sienta, y primero de reojo, y luego enfocando, algo lanza una alarma a mi cerebro.- ¿Qué es eso? - Con voz interna yo pienso- No puedo creerlo - me respondo en silencio.

Miro a uno y a otro lado para comprobarlo. E insisto sin disimulo en mirarlo fijamente. Y presuroso me repito: ¿Qué estoy mirando? Y una sonrisa aflora a mis labios, porque descubro emocionado, casi extasiado, que a mi lado alguien al bus ha subido, alguien lleva, alguien lee...

¡¡¡Un libro, un libro, un librooooooooo!!!


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